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La desalinizadora de la Tordera, una pieza clave en la lucha contra la sequía
• La delegada del Gobierno en Girona, Laia Cañigueral, y el director del Ente de Abastecimiento de Agua Ter-Llobregat (ATL), David Vila, han hecho una visita a las instalaciones esta mañana.
• La planta da servicio al municipio de Blanes ya las Estaciones de tratamiento de agua potable de Tossa-Lloret, gestionada por el Consorcio de la Costa Brava, y de Palafolls, gestionada por el Consell Comarcal del Maresme.
• Con la desalinizadora de la Tordera se garantizan y complementan las demandas de agua potable en la red de abastecimiento de agua Ter-Llobregat, incorporando 20 Hm3/año de agua de mar desalinizada.
La delegada del Gobierno de la Generalitat de Catalunya en Girona, Laia Cañigueral, acompañada por el director del Ente de Abastecimiento de Agua Ter-Llobregat (ATL), David Vila, ha visitado esta mañana la Instalación de Tratamiento de Agua de Mar (ITAM) de la Tordera.
Esta planta, inaugurada en 2002 y ubicada en el término municipal de Blanes, es la primera desalinizadora que se construyó en Cataluña. Su construcción tenía dos objetivos: por un lado, garantizar el buen estado del acuífero de la Tordera y evitar su sobreexplotación, y por otro, garantizar el suministro a diferentes municipios del Maresme norte y del sur de la Selva.
Inicialmente, la desalinizadora de la Tordera se diseñó para producir hasta 10 hm3 de agua. La sequía de los años 2007 y 2008 aceleró la decisión de ampliarla para duplicar su capacidad hasta los 20 hm3 actuales, con el objetivo de poder aportar más agua al área metropolitana de Barcelona a través de la conexión con la potabilizadora del Ter de Cardedeu, reduciendo así las extracciones del río Ter.
Además, el modelo de gestión hidrológica en situaciones de sequía como la actual, obliga a una mayor producción de agua desalinizada ya reducir los consumos de las fuentes convencionales.
Así, la ITAM Tordera ha ido incrementando su producción durante los últimos años, de 3,4 millones de m3 en 2020 a los 13,5 millones de m3 en 2022 y con la actual situación excepcional de escasez de agua la planta está funcionando al 100% de su capacidad.
El agua producida en la desalinizadora se reparte entre los municipios de la zona costera de la comarca de la Selva con los municipios de Blanes, Lloret de Mar y Tossa de Mar; el Maresme Norte con las poblaciones de Palafolls, Arenys de Mar, Arenys de Munt, Canet de Mar, Malgrat, Pineda, San Cebrià de Vallalta, San Iscle, San Pol de Mar y Santa Susanna, así como la potabilizadora del Ter.
Durante la visita al equipamiento la delegada del Gobierno, Laia Cañigueral, ha resaltado que "los efectos del cambio climático cada vez son más evidentes" y que por eso "es primordial avanzar con políticas climáticas que nos ayuden a adaptarnos a esta realidad, y que al mismo tiempo mitiguen los efectos que la crisis climática tiene en nuestro entorno”. En este sentido, Cañigueral ha hecho hincapié en que "desde el Gobierno trabajamos para que esto sea posible y estamos plenamente comprometidos a continuarlo haciendo".
“Estamos viviendo una situación de sequía excepcional, por eso es indispensable contar con hojas de ruta como el Plan de gestión del agua, que cuenta con una inversión de más de 2.400 millones de euros para aumentar la producción de agua, modernizar la eficiencia del regadío y duplicar por dos la capacidad de la desalinización y la regeneración” ha remachado la delegada.
Cañigueral ha afirmado que "en momentos como estos se hace aún más patente la importancia de disponer de equipamientos estratégicos como la desalinizadora de la Tordera" y ha destacado que el aumento de producción de agua desalinizada de los últimos años "se ha convertido en una pieza clave para reducir las extracciones del río Ter, paliar las consecuencias de la sequía y ayudar a alcanzar el Acuerdo de la Mesa del Ter en 2024”.
El Acuerdo de la Mesa del Ter
Por su parte, el director de ATL, David Vila, ha explicado que “a partir del 1 de enero de 2024, entrará en vigor el Acuerdo de la Mesa del Ter que prevé la reducción de la transferencia de caudales procedentes del río Ter hacia la provincia de Barcelona hasta un máximo de 90 hm3 al año”.
Vila ha destacado que, "gracias al funcionamiento de las desalinizadoras", ATL, la empresa pública de la Generalidad de Cataluña que gestiona la red de abastecimiento Ter-Llobregat, "ha ido reduciendo progresivamente el volumen de agua captada en el río Ter , pasando de los 138 hm3 en 2019 a los 109 hm3 en 2022”. El director de ATL ha añadido, además, que este año la previsión es que el volumen de agua captada en el río Ter esté en torno a los 95-100 hm3, “con el objetivo de reducir este volumen hasta los 90 hm3 el año que viene”.
La importancia de las desalinizadoras
En Cataluña existen 2 desalinizadoras que permiten aportar 80 hm³ al año de agua potable en la red de abastecimiento, que equivale al agua que consume toda la región metropolitana de Barcelona durante cuatro meses.
Sin la aportación del agua producida por las desalinizadoras, el sistema de abastecimiento Ter-Llobregat habría entrado en el escenario de alerta por sequía seis meses antes de lo previsto.
Estas instalaciones, junto con las plantas de regeneración de agua son estratégicas para hacer frente a las sequías y para incrementar la resiliencia y la garantía de agua en las cuencas internas de Cataluña, donde la capacidad de embalses es muy limitada (de tan sólo 700 hm3/año).
Está prevista la ampliación de la ITAM Tordera mediante la construcción de una nueva planta desalinizadora junto a la actual que tendrá una capacidad de producción de 60 hm3/año.
Esta obra, que el Gobierno de la Generalitat ha negociado para que forme parte del plan estatal contra la sequía, está valorada con 287 millones de euros y se prevé que el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico lleve a cabo la licitación de las obras durante el primer trimestre de 2024.