El Ente de Abastecimiento de Agua Ter-Llobregat (ATL) ha llevado a cabo el cálculo de la huella de carbono correspondiente al año 2020 para conocer la dimensión global del impacto de su actividad sobre el cambio climático. La huella de carbono es el indicador de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) asociadas al ciclo de vida de un producto, servicio u organización y valora el impacto que tienen las actividades de la empresa en el medio ambiente.

ATL calcula este indicador de forma anual desde el año 2016 y sus resultados permiten a la empresa focalizar los vectores prioritarios sobre los que se debe actuar para conseguir reducir las emisiones atmosféricas.

La huella de carbono se cuantifica en emisiones de CO2 equivalente que son liberadas a la atmósfera y se expresa en toneladas de CO2 equivalente (tCO2 eq).
El resultado del cálculo de la huella de carbono a ATL el año 2020 es de 43.544,21 tCO2 eq.

De estas, un 99,39% (43.279,80 tCO2 eq) corresponden a emisiones relacionadas con el consumo de reactivos utilizados en los tratamientos de potabilización y desalinización y que, a pesar de haber disminuido un 9% respecto al 2019, se aprecia un incremento en los últimos años.

El resto, un 0,61% (264,41 tCO2 eq) corresponden a emisiones que tienen que ver con el consumo de combustible en calderas y vehículos y fugas de gases refrigerantes de los equipos de climatización. En este caso, han tenido un descenso del 11% respecto en 2019 y del 44% respecto al 2016.

Finalmente, las emisiones vinculadas al consumo de electricidad, han sido de 0,0 tCO2 eq, gracias a que el 100% de la energía eléctrica adquirida proviene de fuentes de energía renovables.